miércoles, 22 de marzo de 2017

ROCK, LA EX CONTRACULTURA: VOMITO INDUCIDO POR LOS DEDOS



-texto que dormía bajo el acondicionamiento de un cajón (digital)-

El 27 de abril de 2016 se inauguró la estación del Metrobus denominada Norberto Pappo Napolitano (Enrique Symns cuenta en El señor de los venenos que se violó a una amiga suya y que intentó violarse a Gloria Guerrero), una telenovela lleva la música de Gustavo Cerati (y el nombre de una de sus canciones), el Ministerio de Educación reparte en las escuelas un cancionero de Luis Alberto Spinetta. El gobierno de la ciudad hace murales en homenaje a discos del rock nacional. Se expande la cadena de ropa Honky Tonk “la indumentaria del rock” y vemos posar con esa pilcha a Juanse, a Claudio O’Connor. Los Ramones, así como la palabra punk, se volvieron remeras de minitas. Las últimas novelas y series de Sebastián Ortega pegan porque tienen rock (Graduados, Viudas e hijas del rock). Rodolfo Barilli toca la guitarra en su noticiero.

Sergio Rotman dice “hay un hueco que llenar, el rock esta domesticado” Si queres ser rebelde el rock ya fue. Desde este lugar banco las palabras de Sergio Rotman para quien el rock está domesticado. Hay un espacio que llenar, los nombres pueden variar, lo importante es llenar ese hueco que está disponible. Nada descubriré diciendo que el rito de ir a ver un recital de rock ha cambiado. La esencia de clandestinidad y contracultura mutó, pasó a ser una salida más de fin de semana. Los shows que nuclean a muchas bandas son sponsoreados por marcas hegemónicas y producidas  por xxx aporte de capital. Los recitales de las bandas consagrados son todos clichés, con lista de temas casi siempre iguales y hasta chistes y gags que se repiten incansablemente. A las bandas chicas les siguen pidiendo plata para tocar y muchas productoras les ofrecen telonear a bandas “de renombre” a cambio de una venta de entradas exagerada y a un precio elevado. Como dijo Rotman, Capusotto no podría haber hecho su programa hace 15 o 20 años atrás. Hoy el rock está domesticado. Cristina asume al compás de Avanti Morocha. Boudou es amigo y toca junto a La Mancha de Rolando, Aníbal reseña sobre como ingresar a un estadio para ver al Indio. Si queres ser rebelde escucha música clásica, porque el rock como rebeldía ya fue. Hoy transgredir es escuchar música clásica.

 Dice el Ruso Verea:
“Yo creo que el rock es no, cuando es sí es entretenimiento, y después que cada uno se haga cargo hasta donde dice sí que juego juega en el entretenimiento y que mensaje tiene” También dice: “El rock para los que lo vivimos entre los 60 y los 70 está relacionado directamente con una forma de vivir. Si le agregaste tu actitud a esa forma de vivir te comprometiste.” 
Tinelli con sus mangas y espalda tatuadas es rock. Pergolini, el de la TV Ataca y Cual es? es rock desde su magnate lugar; y las bandas mueren por ser apadrinadas por él. Todos se drogan para pertenecer. Dice Wallas de Massacre “cuando ví que Beckham y Tinelli se tatuaban les dije a los tatuadores que se iban a hacer millonarios”
Mariano Recalde en su spot político para jefe de gobierno en 2015 no omite mencionar que escucha a los Redondos (¿A dónde van a ir a parar todos los libros sobre el Indio y los redondos cuando éste saque las memorias que está escribiendo?) Las bandas de rock tocan en actos políticos, ceden sus canciones para festejos en los búnkeres. Tocan en festivales auspiciados por grandes marcas.

“¿Quién fue el idiota que nos puso el mote de héroes? A mí me gusta comprarme camperas caras” dijo alguna vez Eric Clapton. *(A propósito, y como bien remarca Martin Zariello en su brillante prosa, el Indio Solari nunca se jactó de vivir en una choza o villa miseria, de hecho, en una de sus ultimas entrevistas le dice a Pergolini que conoce más Nueva York que Buenos Aires)*
Hoy para ser transgresor hay que consumir tango o música clásica, tomar té de diferentes sabores y escribir este tipo de panglossiana reflexión desde el acondicionamiento de un hogar. Y para que quede claro que hay una paradoja implícita en este escrito les cuento que ni bien termine de escribir en este blog me iré a tocar la guitarra.

*Agregado recientemente.

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